Después del terremoto, el olvido

martes, 9 de marzo de 2010


Por Jorge Román

El monto recaudado por la Teletón, casi U$ 60 millones, aunque duplicó la meta propuesta, sólo equivale al 0,2% del total necesario para reparar todos los daños causados por el terremoto (que asciende, según algunas estimaciones, a U$ 30.000 millones, o sea, un 15% del PIB).

Desafortunadamente, el espectáculo de la Teletón, las luces, los llantos y la ilusión de la meta más que superada contribuyen al olvido. Es como si la Teletón fuese una catarsis para los que tuvieron la fortuna de salir indemnes o apenas rasguñados por el terremoto. Una justificación para poder olvidar y seguir su vida como si nada hubiese pasado. Así lo ha entendido la televisión al menos, que, después del sábado 6, se ha sentido lo suficientemente satisfecha con sí misma como para sacar al aire una nueva teleserie. Y todos debiéramos saber a estas alturas que cuando la televisión decide olvidar, la población rápidamente le sigue el ejemplo.

Pero lo cierto es que esto no ha hecho más que empezar.

No olvidemos. No abandonemos a los que sufrieron con el terremoto. No se trata de seguir donando: muchos chilenos ya dieron lo que podían o estaban dispuestos a dar, y nuestra billetera no es tan profunda como la del presidente electo.

No, nuestro deber es presionar, informar, generar opinión y defender propuestas aterrizadas para llevar a cabo la lenta reconstrucción. Por ejemplo, el ex senador Jorge Lavanderos propuso crear un impuesto solidario a las utilidades de las grandes mineras. También sería posible discutir una vez más el vilipendiado fondo reservado del cobre para las Fuerzas Armadas: Chile no necesita F-16, submarinos, tanques ni acorazados. De nada sirvieron durante esta emergencia. ¿Por qué no destinar este fondo a reconstruir hospitales, carreteras, líneas de ferrocarril y crear un sistema de telecomunicaciones de emergencia decente?

La emergencia ya está pasando, y ahora viene la parte más difícil: el momento en que debemos levantarnos, mostrarnos responsables, hacer lo que debemos hacer y exigir que el Estado y las empresas respondan, nos ayuden a levantar este país y se dejen de favorecer a las inmobiliarias irresponsables, los bancos y las casas comerciales sanguijuelas, las telefónicas, las compañías de servicios básicos. No permitamos que el estado de shock en el que nos dejó el terremoto sea utilizado por el gobierno o las empresas para meternos el dedo en la boca y seguir abusando del ciudadano.

Que la emoción no nos quite la facultad de ser críticos y activos. Como cierre, me gustaría que leyeran la carta que le envió Roger Waters a la Radio Futuro, para que vean que la solidaridad no es incompatible con la crítica.


1 comentarios:

Myriam 9 de marzo de 2010, 21:15  

De hecho, la Teletón recaudó aún más. Según Don Francisco serían cerca de $50 mil millones (http://www.terra.cl/entretencion/index.cfm?id_cat=118&id_reg=1376656).

Yendo al tema, concuerdo 100%. no por ayudar vamos a dejar de ser críticos y viceversa. La verdad me da mucha pena y mucha rabia escuchar y leer los comentarios de tanta gente tonta que a la más mínima crítica que uno deslice salen con el "pero ahora es tiempo de ayudar", sí, de acuerdo, pero es que acaso no pueden caminar y mascar chicle al mismo tiempo?

En estos momentos, tener una ciudadanía pensante se necesita tanto como la leche, los fideos o un techo donde dormir. Son necesidades diferentes, pero no por eso menos importantes.

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